Una de las consecuencias del desarrollo de Internet y, en general de las tecnologías de la información y de la comunicación, ha sido la puesta a disposición un amplio abanico de información y de conocimiento para un elevado número de personas. Se trata, en muchas ocasiones, de un conocimiento de remarcable calidad a costes nulos o muy bajos. Tal vez por esta razón, se ha convenido en decir que estamos en la sociedad del conocimiento.
Entre los conocimientos presentes de manera extensa y a bajo coste se encuentra también el relativo al diagnóstico y la definición de las estrategias empresariales y organizacionales. Se modo que, en buena medida, muchos de los «secretos» de la gestión estratégica están ampliamente disponible en la Red. Pero, sin embargo, esta disponibilidad no ha impedido que numerosas empresas y organizaciones tengan dificultades para definir e implementar estrategias eficaces que garanticen sino un gran éxito en los mercados, al menos una supervivencia.
Es cierto que conocemos empresas que nos han sorprendido por su éxito; empresas que surgieron de la nada, que tuvieron que hacer frente a grandes líderes y que, en algunos casos, llegaron a superarlos. Pero estas son historias muy específicas y poco numerosas, que se limitan a algunos casos y que se reducen a algunos sectores de actividad.
Pero deberíamos preguntarnos por qué, en esta sociedad del conocimiento, el éxito no es mayor si las claves del éxito son conocidas y, en buena medida, están al alcance de muchos.
De un modo general, podemos decir que alcanzar el éxito es difícil. Como también lo es desarrollar de manera eficaz una estrategia aunque de modo genérico se conozcan los ingredientes. Levadura, harina, agua y calor hacen un pan, pero no todos los panes que podemos comprar o cocer son iguales.
En una relación de por qué un mayor número de empresas y organizaciones no llegan a establecer estrategias eficaces se incluirían los siguientes elementos:
- Los problemas que deben resolverse no siempre se presentan de un modo claro y evidente. Como suele decirse, los problemas no están estructurados y listos para ser identificados. Los problemas deben identificarse a partir de los datos y el analista debe darles la forma, estructurarlos. Pero la interpretación de la realidad con el fin de identificar los problemas que hay que solucionar está sometida a riesgos y peligros: los sesgos cognitivos es uno de estos peligros. Los problemas tácticos son evidentes y se presentan de forma nítida, surgen de la nada, llaman de inmediato nuestra atención y su solución también es claramente conocida. En cambio, los problemas estratégicos pasa en muchos casos inapercibidos.
- La resolución de problemas lleva en bastantes casos a decisiones difícilmente reversibles. En estos casos, los errores pueden comportar costes muy elevados. Estas situaciones suelen impulsar a muchos decisores a preferir no tomar decisión alguna.
- La irreversibilidad de muchas decisiones hace que la estrategia de la organización se vuelva dependiente del camino elegido. Con ello, la falta de acierto en la toma de decisión en un momento determinado conduce inexorablemente al fracaso. También implica que las opciones estratégicas con costes manejables se reducen.
- Esta historicidad de la empresa puede provocar que tenga que dedicar todas sus energías a resolver los problemas que ella misma genera. Y, entre tanto, en el mejor de los casos, descuida la evolución del mercado, de los clientes y los competidores,… En una palabra, no toma las decisiones que debería tomar para tener éxito porque está simplemente ocupada en otros quehaceres.
- Existen problemas de naturaleza transversal que afectan a distintas dimensiones de la realidad de una empresa. Esta multitud de focos hace que pueda ser difícil un buen diagnóstico y definir correctamente una buena solución.
- Muchas soluciones estratégicas requieren acciones a medio y largo plazo. La constancia y persistencia en la acción choca con múltiples dificultades en el seno de las organizaciones que hacen que están se muevan predominantemente a corto plazo.
- Una resolución eficaz de problemas es aquella que es definitiva de modo que los problemas no vuelven a surgir. Esto requiere ciertas dosis de capacidad anticipatoria del futuro. Pero el futuro de las organizaciones están sometidos a altas dosis de incertidumbre. Y, la incertidumbre es el desconocimiento del estado futuro de la naturaleza.
Resolver satisfactoriamente estos siete elementos contribuye a obtener una mayor eficacia en las acciones estrategias. Es parte de la receta del éxito, pero lamentablemente no es el secreto del éxito.
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