La economía institucional

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La publicación del libro de Oliver E. Williamson (1975), marcó el resurgimiento del análisis institucional en la economía. Los trabajos de Douglass C. North (1990) reforzarían la percepción de la importancia de la Economía institucional. Williamson focalizó la atención en la empresa y Douglass en la contribución de las instituciones al desempeño y el cambio económico.

Empresa como institución

En el análisis estándar, la empresa es considerada como una una caja negra donde tiene lugar la combinación de factores productivos; existe una función de producción fruto de una tecnología, que utiliza en diferentes proporciones los factores productivos –recursos naturales, capital y trabajo-, dando lugar a costes de producción y a rendimiento productivos. No existe una preocupación analítica por las dimensiones organizativas e institucionales de la empresa.

Costes de transacción

En 1937, Ronald Coase introdujo el concepto de costes de transacción. Estos se presentan antes, durante y después de los costes de producción. Para Coase, la presencia de la empresa significaría un reconocimiento de la existencia de un coste vinculado a la utilización del mercado (Coase, 1937). Se trata de costes propios a la “organización” de la producción y de los costos de preparación, de negociación y conclusión de los contratos. En determinadas esferas, la coordinación administrativa –la propia de la empresa- aparece como más ventajosa que la coordinación vía precios del mercado (Coase, 1937). En ausencia de costes de transacción el mercado sería el modo de coordinación más eficiente, pero su existencia da mayor protagonismo a la empresa (Teorema de Coase) (Coase, 1960).

Aunque no es la única, una cuestión importante es cuál es el límite de la empresa, cuándo conviene la empresa y cuándo el mercado, qué equilibrio establecer entre internalización y externalización: los costes de transacción pueden ser crecientes o decrecientes con el tamaño empresarial, al igual que los costes de producción. Visto de este modo, se tiene un problema de optimización idéntico al que surge con los costes de producción y, en consecuencia, no nos alejaríamos en exceso del análisis microeconómico convencional.

Sin embargo, en ocasiones, con el tamaño los costes de producción son decrecientes y los costes de transacción son crecientes. En otros casos, ambos pueden ser crecientes o, simultáneamente decrecientes.

Jerarquía, mercados y oportunismo

La labor de Williamson consistió en identificar los diferentes factores que hacen posible el arbitraje entre la organización jerárquica –la empresa- y la organización descentralizada -el mercado. En este ejercicio, incorporó el concepto de simoniano de racionalidad limitada. En este caso, implica que los contratos, incluso los más complejos, son incompletos en el sentido que no incorporan todos los estados de la naturaleza. La incertidumbre hace imposible anticipar los posibles estados de la naturaleza. Asimismo, considera que los agentes económicos son oportunistas en el sentido de que recurren al engaño y las trampas. El oportunismo expresa también un problema de selección adversa y de riesgo moral. El riesgo del oportunismo aumenta los costes de transacción –de negociación y de supervisión- y favorecen el uso del mecanismo de coordinación jerárquico.

La selección adversa se refiere a las situaciones previas a la firma de un contrato, en las que una de las partes contratantes, por motivos de que dispone de una menor o peor información, no es capaz de distinguir la buena o mala calidad de lo ofrecido por la otra parte. Las aplicaciones de la selección adversa han sido múltiples en economía: el mercado del seguro, de los automóviles de segunda mano o como microfundamentos de la teoría de los salarios de eficiencia (Akerlof, 1970) (Akerlof & Yellen, 1986).

Por su parte, el riesgo moral es un concepto económico que describe aquellas situaciones en las que un individuo tiene información privada acerca de las consecuencias de sus propias acciones y, sin embargo, son otras personas las que soportan las consecuencias de los riesgos asumidos. El riesgo moral nos informa de cómo los individuos asumen en sus decisiones mayores riesgos cuando las posibles consecuencias negativas de sus actos no son asumidas por ellos mismos, sino por un tercero. Para Kenneth Arrow, el concepto de riesgo moral tiene asociado una delegación de responsabilidad.

Características de las transacciones

Para Williamson las transacciones pueden caracterizarse a partir de tres aspectos

  1. La especificidad de los activos
  2. La incertidumbre de la transacción y
  3. La frecuencia de la transacción

Un activo es específico si carece de usos alternativos o estos son mínimos. Además, son activos que requieren una inversión a largo plazo. La especificidad puede estar motivada por características físicas del activo, por su emplazamiento, por el tamaño del mercado, por los conocimientos especializados necesarios para la transacción, por la identificación de un mercado, por la necesidad de sincronizar la producción,…

La incertidumbre se refiere tanto a los estados de la naturaleza como al comportamiento oportunista de los agentes. Por último, las transacciones pueden ser únicas, ocasionales o recurrentes. La recurrencia influye en los dos aspectos anteriores.

Estructuras de gobernanza y tipos de contratos

Williamson no se ocupa únicamente de las estructuras de gobernanza principales, el mercado y la empresa, sino también de las formas intermedias o hibridas: la subcontratación, la franquicia, las redes de empresas, joint ventures,… En su opinión cada forma de gobernanza corresponde a un tipo de contrato y, en este punto, diferencia tres tipos de contratos:

  1. Contrato clásico
  2. Contrato neoclásico
  3. Contrato de subordinación

Los contratos clásicos corresponden a un intercambio de mercado en que la transacción recae sobre productos estandarizados que no requieren una inversión específica. Son contratos a corto plazo –de ejecución única u ocasional. Por su parte, el contrato neoclásico es un híbrido: surge con transacciones que requieren activos específicos, con niveles de incertidumbre y riesgo de oportunismo elevados. Son contratos de largo plazo e incompletos.

Los contratos de subordinación o contrato personalizado es el propio de las relaciones jerárquicas que ocurren en el seno de la empresa. Sustituye al contrato neoclásico cuando el riesgo de oportunismo aumenta por el incremento de la incertidumbre y por la importancia de la especificidad de los activos.

En su opinión, los costes de transacción y la especificidad de la inversión son los factores fundamentales que determinan el tipo de contrato y la estructura de gobernanza. No obstante, no son categorías opuestas sino, más bien, manifiestan un continuo.

Instituciones y desempeño económico agregado

En 1993, Robert W. Fogel y Douglass C. North recibieron el premio Nobel de Economía por su contribución a la Nueva Historia Económica. Ésta consiste en la aplicación de la teoría económica y de los métodos cuantitativos a la explicación del cambio económico e institucional en los análisis de historia económica.

Evolución institucional y cambio económico.

Para North, los factores de producción y su dotación no son la causa del crecimiento económico. Son una manifestación del propio crecimiento económico, puesto que, en su opinión, los responsables son las instituciones mismas. En su opinión, las instituciones son restricciones (formales e informales) que estructuran las interacciones económicas, políticas y sociales. La ley o los derechos de propiedad son ejemplos de instituciones formales; la costumbre, las tradiciones y los códigos de conducta socialmente sancionados son ejemplos de instituciones informales.

North comparte la opinión de Coase y Williamson acerca de la importancia de los costes de transacción. Estos y la incertidumbre determinan la existencia y el alcance de los intercambios mercantiles. Estos serán importantes siempre que los costes de transacción y la incertidumbre sean reducidos. Las sociedades crean instituciones con la finalidad de establecer el orden y reducir la incertidumbre en los intercambios. De este modo, la historia se manifiesta gracias a la evolución de las instituciones. La evolución institucional orienta el cambio económico bien hacia el crecimiento, bien hacia el estancamiento o el declive.

Lo importante no es tanto que unas instituciones ofrezcan una mayor desempeño en el presente que otras. La importancia de las instituciones se encuentra ante todo en el hecho de que condicionan las posibles sendas de desempeño futuro.

Las instituciones como creencias compartidas

Masahiko Aoki distingue tres definiciones de instituciones:

  1. Las instituciones son organizaciones importantes en el sistema económico, político y social. El Estado es, en este sentido, una institución.
  2. Instituciones son también las reglas de juego –formales o informales- que fijan los movimientos posibles de los agentes
  3. Pero instituciones son para Aoki el equilibrio del juego: una institución es un sistema de creencias compartidas y autosostenidas sobre cómo se desarrolla el juego –la vida económica-. Son senderos de equilibrio sobre los que los jugadores establecen sus estrategias. Un juego puede entenderse como una confrontación de agentes sometidos a la necesidad de tomar decisiones que pueden generar interacciones con el resto de agentes participantes.

Aoki realiza su análisis sobre la base de juegos no cooperativos –evolucionistas-, donde son posibles múltiples equilibrios, a priori indeterminados. En el propio desarrollo del juego, los agentes adquieren o modifican sus creencias compartidas que les ayudan a elegir o definir el equilibrio. Este incrementalismo se debe, en parte, a que con el propio desarrollo del juego se adquiere información y/o se modifica el análisis de la información previamente disponible. Las consecuencias de este incrementalismo y de la interacción entre los agentes transcienden el propio momento presente, se inscribe en la historia y puede proyectarse hacia el futuro.

El comportamiento de los actores está sometido a la influencia de la cultura y la historia, pero las creencias compartidas surgen de las interacciones. Estas interacciones influyen en sus estrategias y determinan los equilibrios alcanzados y, también, los senderos.

Para Aoki, la diversidad de las instituciones y la complementariedad institucional son importantes en el comportamiento económico. Fijan el sendero y condicionan el cambio económico y, con ello, el desempeño presente y futuro.

Trabajos citados

Akerlof, G. A. (1970). The Market for Lemon: Quality Incertainty and the Market Mechanism. The Quarterly Journal of Economics, 84(3), 488-500.

Akerlof, G. A., & Yellen, J. (1986). Efficiency Wage Models of the Labor Market. Cambridge: Cambridge University Press.

Coase, R. (1937). The Nature of Firm. Economica, 4(16), 386-405.

Coase, R. (Octobre de 1960). The Problem of Social Cost. Journal of Law and Economics, 3, 1-44.

North, D. C. (1990). Institutions, Institutional Change and Economic Performance. Cambridge, Mass.: Cambridge University Press,.

Williamson, O. E. (1975). Markets and Hierarchies: Analysis and Antitrust Implications. Nueva York: The Free Press.

 

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